Tu hijo o tu hija ya no busca tanto el contacto físico como antes, sus muestras de cariño están disminuyendo, esto hace que a ratos te llegues a sentir rechazada o incluso menos necesitada como madre.
Sientes que estás perdiendo el control sobre tu hijo/a, sobre sus decisiones, sobre su comportamiento y esto te hace sentirte insegura.
Echas de menos cuando venía a ti a refugiarse☺️, porque sentía miedo o dolor tras haberse caído en el parque…
Ahora sus formas de expresarse tanto verbalmente como con la música o el arte están cambiando. De repente usa palabras o expresiones que no le has escuchado en la vida decir, ha pasado de usar camisetas de los super héroes a heavy metal. La canción de Baby Shark le incomoda escucharla y en su habitación solo se escucha Acdc🙃. Busca más momentos de aislamiento en su habitación. Pero, eso sí, su osito de peluche preferido sigue debajo de sus sábanas todas las noches.
La preadolescencia es una etapa de transición, está entre dos aguas, entre la última fase de la infancia y la adolescencia. Es una época de contrastes, muy sensible, pero a la vez idónea para preparar el terreno para la adolescencia.
Pero supone una fase complicada y un reto para ti, que estás observando muy de cerca la metamorfosis de tu hijo/a y a ratos sientes que no sabes cómo responder de forma coherente y respetuosa a las nuevas demandas emocionales y psicológicas de tu hijo/a.
La preadolescencia tiene unas características determinadas:
👉La necesidad de independencia
👉La necesidad de aproximación a sus iguales
👉La necesidad de reafirmar su personalidad
👉La necesidad de diferenciarse de sus padres y encontrarse a sí mismo
Tu preadolescente limitará cada vez más el contacto físico contigo, pero seguirá necesitando tu vínculo💞.
Las relaciones entre sus iguales cobran cada vez más importancia, pero sus compañeros de clase y amigos están pasando justo por el mismo cambio que tu hijo/a. Todos están, a su manera, intentando posicionarse en esta tormenta cerebral y hormonal y gestionar los conflictos entre ellos le llevará a tu hijo/a más de un quebradero de cabeza.
Además, tu preadolescente intentará desmarcarse de tus gustos para encontrar los suyos, cosa que puede que no te haga demasiada gracia.
¿Y con todo eso qué puedes hacer desde tu rol de madre?
- Saber cómo autorregularte cuando tu hijo transite por una emoción que le desborde.
- Ser consciente de las memorias que se te están activando cuando tu hijo/a haga algo nuevo y sientas rabia o incluso ira.
- Atender a los prejuicios o descubrir las creencias inconscientes que te impiden conectar con tu hijo/a.
- Darle herramientas a tu hijo/a para fomentar la comunicación afectiva,
- Respetar sus espacios de intimidad,
- Compartir tiempo de exclusividad una vez a la semana,
- Activar la observación a través de la curiosidad y sin juicio,
- Y seguir en tu rol de madre que orienta, alienta, conecta a la vez que mantiene límites coherentes y adaptados a su estado evolutivo.
Contacta si necesitas acompañamiento para timonear tu barco entre las tempestades con la vela bien alzada y con un rumbo claro y definido☺️.
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